El papel que tienen las mujeres al frente de emprendimientos empresariales es vital. La capacidad de adaptación y el polifacetismo que las caracterizan son aptitudes esenciales para reactivar el engranaje económico local.
La pandemia, y la posterior cuarentena sanitaria, fueron grandes y difíciles desafíos. Sin embargo, con el correr de los meses, y tras compaginar una amplia serie de actividades, la mujer emprendedora logró superar satisfactoriamente. La capacidad de adaptación a los cambios y la facilidad de desenvolverse en distintas facetas fueron armas fundamentales para afrontar el reto e impulsar la recuperación económica.
Celina Lezcano, presidenta de la Asociación Paraguaya de Empresarias, Ejecutivas y Profesionales (APEP), señaló que cerca del 90% de pequeñas y medianas empresas (pymes) locales están vinculadas al segmento femenino. Por otra parte, un gran porcentaje de las ganancias de las mujeres son destinadas a sus familias y comunidades. Es decir, representan un sector con enorme poder multiplicador en el engranaje económico. Mencionó que la autonomía económica de la mujer es fundamental para pensar en la reactivación económica. Por lo tanto, es necesario fortalecer el acceso que tiene el segmento femenino a herramientas crediticias convenientes.
La formalización es otro pilar que requiere un enfoque especial. Justamente, uno de los ejes de trabajo de la APEP desde el inicio de la pandemia fue el acceso a planes de financiamiento que permitan a las mujeres mantener operativos sus emprendimientos. “Se debe apoyar a las micro y pequeñas empresas, que tienen un peso importante en la estructura económica”, expresó. Igualmente, señaló que es primordial reorientar las estrategias empresariales al nuevo escenario. En este sentido, recomendó proteger los recursos humanos y fomentar acciones innovadoras, donde el salto digital es un elemento clave para sostener el crecimiento e impulsar los negocios.
Ayer, 24 de febrero, se recordó el Día de la Mujer Paraguaya. La fecha es un homenaje a la Asamblea de Mujeres Paraguayas de 1867, que tuvo la iniciativa de entregar sus pertenencias, alimentos e insumos para financiar las tropas nacionales que defendieron al país ante la Guerra de la Triple Alianza. 154 años después, el rol que el sector femenino tiene en Paraguay es igual de importante. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), representan el 42% de la fuerza laboral; mientras que el 36% de los hogares son liderados por mujeres.
El poder de adaptación y de reinvención son competencias habituales en los emprendimientos encabezados por las mujeres. Ambas se vieron fortalecidas durante la pandemia y se transformaron en herramientas para evitar un mayor impacto económico.
Gabriela Vuille, presidenta de la Asociación de Mujeres Emprendedoras del Alto Paraná (Amedap), destacó el poder que tiene el sector femenino para llevar adelante un emprendimiento empresarial, y de esa forma, impulsar el bienestar económico.
“Se reinventa continuamente con el objetivo de sacar adelante a su familia. Por lo tanto, el papel de la mujer es fundamental en la reactivación económica”, expresó. Con respecto a la coyuntura actual en Alto Paraná, señaló que la situación sigue complicada para todos, por lo que permanece una cierta incertidumbre en relación a una recuperación a corto plazo. No obstante, dentro de este panorama, la asociación busca herramientas que beneficien a las emprendedoras, como la organización de ferias y otras plataformas para canalizar los productos y servicios que ofrecen al mercado.
Desde la asociación esperan por programas efectivos para las mipymes. En particular, por políticas que permitan el desarrollo y faciliten el proceso de reactivación económica. La agilidad para obtener créditos es urgente para el sector. “Es muy complicado acceder a créditos, y ante la ausencia de un capital que permita dinamizar, la situación se vuelve muy difícil”.
