Las redes sociales tradicionales alientan a compartir lo mejor de uno, ya que en estas plataformas permanecen todas las publicaciones que se realizan. No obstante, los contenidos canalizados a través de las historias tienen un tiempo de vida de 24 horas, lo que exige mayor autenticidad.
Las historias ofrecen una forma adictiva, para que las personas y empresas compartan con otros. Por ello es importante invertir el tiempo necesario para generar un contenido que desaparecerá en 24 horas, señala la asesora de Marketing Digital y Social Media Director de Arasa, Day Arias.
Sin embargo, existen más razones por las que los emprendedores y los responsables aman las historias. Este tipo de contenido permite la creación sin esfuerzo, plantea u campo para probar ideas, tiene un arsenal de funcionalidades, y genera oportunidad de impulsar el tráfico.
La asesora recomienda pensar que la historia es como un canal de televisión, con un horario de programación para la semana, o incluso con episodios recurrentes que sale en días específicos. Es importante planificar el tipo de contenido que se va a compartir y cómo fluirá, ya que ayuda a diseñar una experiencia más adictiva y consistente en los seguidores.
Sin embargo, no todo consiste en programar. Para ciertas marcas nada es más fresco y espontáneo que mostrar un poco de la rutina diaria en tiempo real. “En pocas palabras, mezclar la programación con lo cotidiano es tendencia y tiene un impacto genial en el público”, concluye.