El Arancel Externo Común, conocido por sus siglas AEC, fue reducido en un 10% de acuerdo a la disposición de los representantes del Consejo del Mercado Común de Mercosur. Se espera que esta disposición repercuta en un mayor movimiento de productos bienes y servicios a nivel regional.
Los representantes del bloque se reunieron en el marco de la Cumbre del Mercosur, a fin de avanzar en estrategias de repunte económico-comercial y es así que se resolvió reducir en un 10% dicha figura impositiva, con el objetivo de fomentar la competitividad en los sectores productivos.
Este ajuste abarca a más de 8.000 códigos arancelarios de un universo total de 10.337 códigos. Paraguay podrá aplicar dicha medida a partir de su incorporación al ordenamiento jurídico nacional, la cual está prevista para el segundo semestre 2022.
En el ámbito del comercio internacional se entiende como código arancelario, al valor numérico que se le asigna al universo de las mercancías, se le asigna una partida arancelaria o código a fin de estandarizar su denominación comercial y para que cada país le asigne un gravamen o impuesto según su marco legal.
El acuerdo alcanzado se garantiza el mantenimiento de los niveles arancelarios para aquellos productos considerados sensibles por cada Estado Parte del Mercosur, así como de los regímenes especiales de importación entre los que se encuentran el régimen de la admisión temporaria, drawback y régimen de materia prima.
El arancel externo común (en adelante AEC) es una condición necesaria para que el Mercosur pueda convertirse en un único territorio aduanero. Un territorio aduanero unificado hace posible la libre circulación de las mercaderías, facilitando enormemente los intercambios y permitiendo que se manifiesten las ventajas de la especialización utilizando lo mejor posible las potencialidades de cada empresa.
Esencialmente, el empleo del AEC posibilita obtener el mismo tipo de ventajas que dentro de un país se obtienen al no erigir barreras al comercio entre departamentos o provincias. El hecho mismo de que casi nunca los países optan por colocar estas barreras en el interior de su territorio, pone en evidencia las ventajas de tener un AEC, siempre que su nivel y estructura puedan servir equitativamente a los intereses de todos los países involucrados.