El XV Congreso de RSE y Sostenibilidad Empresarial, organizado por la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC), brindó varias claves a ser implementadas en las organizaciones para avanzar en la innovación, implementación e impacto, con el fin de alcanzar un futuro sostenible.
El presidente de ADEC, Jorge D. Figueredo, estableció las pautas y objetivos que se propuso debatir durante el congreso, debido al contexto actual y dijo que “las empresas que se animan a innovar son las que están preparadas para liderar el camino”.
Bajo la consigna de que la implementación de buenas prácticas -para favorecer al medio ambiente y al entorno social y económico- requiere más que proezas tecnológicas, el principal responsable de la ADEC resaltó que esa implementación demanda ajustes culturales, cambios sistémicos y un compromiso inquebrantable en todos los niveles de la empresa.
“La implementación requiere que las organizaciones replanteen sus modelos de negocios, redefinan métricas de éxito e incorporen la colaboración entre sectores”, apuntó frente a empresarios y ejecutivos anhelantes de aportar cambios hacia un modelo económico más sostenible.
Un segundo eslabón a la cadena de propuestas fue establecido por Matteo Sirtori, jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Paraguay: “la sostenibilidad es rentable y la economía verde es un buen negocio”, subrayó.
“Se necesita coraje entre los emprendedores para avanzar en una agenda de sostenibilidad, en colaboración con el sector público a través de inversiones para ayudar a promover políticas de sostenibilidad o bien para atraer inyección de capital; además de generar un buen clima de negocios amigable con el medioambiente”, refirió en su presentación.
El experto europeo y gerente senior de desarrollo en Circle Economy, compartió los indicadores duros respecto de la extracción de materiales que dañan los ecosistemas en América Latina y el Caribe (ALC).
“En los países de ALC se consume una media de 12,4 toneladas de materiales por persona/año. Esta cifra está en gran medida a la par de la media mundial de 12,2 toneladas/año, pero sigue superando el nivel estimado de consumo sostenible de materiales, que es de 8 toneladas por persona/año”, concluyó.