La apuesta por el emprendedurismo implica transitar por un camino empedrado y a veces intransitable y es ahí donde la perseverancia se junta con la innovación y la adquisición constante de conocimientos para llevar el proyecto al éxito deseado.
La mezcla de dulces sabores llevó al nacimiento de Chocomel, de la mano de Liz Campos, a quien la curiosidad y el deseo de progreso la llevaron a explorar diversas opciones para generar ingresos en los tiempos de la dura pandemia.
La propietaria combinó su deseo emprendedor con la pasión por la cocina y de esa manera se encaminó hacia la elaboración de productos artesanales a base de chocolate, con resultados por demás satisfactorios con una importante clientela tanto a nivel particular como empresarial.
En palabras de la emprendedora, para llegar al éxito y la consolidación en un rubro siempre complejo y más aún en tiempos de pandemia, se requiere en primer lugar un profundo sentido de la organización, el ordenamiento de las ideas y el estudio detallado de todos los factores que hacen al mercado.
A partir de los mismos factores se logra una mayor facilidad para identificar de qué manera ofrecer un producto innovador, en un mercado no muy explorado y generar la aceptación del público.
En ese sentido, aconsejó la capacitación constante atendiendo a las variadas opciones disponibles tanto desde el sector público, como de organismos de cooperación internacional enfocados a las mipymes, que otorgan apoyo económico y técnico, de igual manea convocan a concursos variados como oportunidad de crecimiento en este sector de la economía.
Así también consideró de vital importancia la apuesta a la formalidad y la organización del sector, atendiendo el volumen de negocio generado que emplea a 2 de cada 3 paraguayos de manera directa.